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15 de Noviembre, Día de la Independencia del Estado de Palestina.

«En nombre de Dios y en nombre del pueblo árabe palestino, el Consejo Nacional declara la creación del Estado de Palestina en nuestra tierra palestina con la noble Jerusalén como su capital».

Yasser Arafat.

15 de noviembre de 1988, desde Argelia nuestro hermano incondicional en la causa de la liberación de los pueblos del colonialismo, el líder histórico de la causa por la liberación de Palestina, Yasser Arafat, proclama ante el Consejo Nacional Palestino presente en Argel, la independencia y la autodeterminación Nacional de Palestina.

Declaración de Independencia:

«Viene la garra de hierro disfrazada de León de Juda…
Mas yo, que siempre elevo una plegaria, no me arrodillo ante los hombres.»

Vinieron y obraron, nunca estuvieron solos. Ha saber:
Pueden cambiarle nombre, puede ignorar nuestros derechos,
pueden hacer que los Tribunales Internacionales solo cumplan la ley para aquello que se dice «bueno»,
y así se realiza la sentencia que las únicas víctimas solo pueden verse como europeos.
(Menos de un cuarto de la población mundial, sigamos contando).
Pueden borrar nuestra imagen de todos los medios, pueden obviarnos como escritores y pensadores,
artistas,
intelectuales,
científicos,
deportistas
o simplemente personas.
Claro que pueden…
Y como se hicieron de lo nuestro,
pueden negarnos el acceso a una vida digna con sus necesidades completas, como las vuestras;
¿Y mis hijos, no es que los Derechos del Niño son para todos los niños?
No. Pero pueden hacer de nuestros niños parias, ya lo hicieron en toda Africa, ¿lo recuerdan?
Para tu hartazgo, aun tenemos voz,
y tenemos brazos, piernas,
sangre…
Y piedras.
Entonces,
pueden encerrarnos en vuestras prisiones militares
o en Gaza,
amontonarnos y amedrentarnos bajo un cielo inmenso.
Tú, que me lees,
¿la lluvia en tu país, es tan amada como la que recibimos aquí?
¿Las estrellas del firmamento, también alumbran tu camino como los misiles el mío?
Pues aquí nos cortan el suministro y se hace difícil escapar de sus redadas.
(Y las mujeres nunca vemos el rostro de nuestro abusador).

Continuo:
Pueden matar a nuestros padres y golpear a nuestros hermanos;
de hecho, las familias poseen tanto tuertos como amputados.
Puede escupirnos, Fuerzas de ocupación y colonos;
ensuciar nuestras alfombras de rezo,
desvestir y humillar a nuestros maestros,
derrumbar con sus bulldozer nuestros templos,
envenenar nuestro ganado,
quemar nuestras cosechas,
dejarnos sin salas de emergencia ni escuelas.
Lo hacen a diario, ¿te horroriza?
Y hasta pueden torcer la historia…
Hacernos ver como malvados,
como brutos,
como salvajes,
como necesitados,
como ignorantes,
como «fundamentalistas».
Como «terroristas»…

¿Qué dice tu patriarca, el nuestro, sobre ésto?
¿No hay momentos de paz y humanidad en vuestras enseñanzas para el trato con los hermanos menores?

«Ven paloma mía que anidas en las grietas de la peña…»
Yo también quisiera desposar a mi paloma
y construir un nido para nuestra felicidad.
No me dejan.

Ustedes huían y nosotros les dimos asilo,
caridad nos enseña el joven señor,
su Padre, que los convide a mi mesa.
Pero la víctima se ha vuelto verdugo,
¡qué dura se hace esta condena de amar al prójimo como a uno mismo!
De tanto amor se parte el corazón y se rompen los cordeles de la vida.
¿Entienden por qué declaró mi independencia?
El acoso y el temor son como un tremendo naufragio que obliga a nadar en aguas inciertas.
La letra del poema se gasta de tanto esperar,
¿harás una película sobre ésto?

Pueden venir y hacer lo que quieran, se sabe.
La historia que escriben lo atestigua…
Como la otra historia que nadie cuenta
y que se alza desde su vuelo peregrino,
sin obstáculos en el cielo
grita, clama, con un quejido de estruendo,
De trompetas, de llanto y de bramidos…
¡ay custodios de los Santos Lugares!
¡ay únicos herederos del Reino!
Aquí plantamos bandera y rompemos vuestros contratos.
¡Esta tierra sí tiene dueño,
desde el primer desierto hasta el último río,
Con un pañuelo en la cabeza y el destino en nuestras manos
¡declaramos nuestra independencia de su yugo
y para siempre PALESTINA la llamamos!»

Romina Yasmin Matuk.

De mi hemeroteca.
15 de noviembre de 2022. La Usina del Arte se iluminó con los colores de la bandera de Palestina. Aquí estoy yo con mi kufiyya. Barrio de La Boca, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

La partición

«Hasta que sople el día y las sombras huyan.»

El colono me ha invadido.
El colono me ha usado.
El colono me ha echado,
y el colono me ha seguido…
El colono me cerca,
el colono me impide,
el colono me grita…
Y me expulsa, nuevamente.

El colono me calla:
no le gusta mi voz.
Tampoco le agradan mis rasgos ni el pañuelo en mi cabeza,
ni el rubor de mi decencia, ni los hoyuelos de mis mejillas,
(por eso las golpea con fuerza…)

Tampoco la barba de mi marido,
]seda negra tupida como la noche,
ni las pestañas de mis niñitos,
patitas de arañas enredándose en ensueños…
(son inocentes, no los lastime por favor)…

El colono arranca mis raíces como si fuesen mala hierba,
diciendo que solo somos beduinos venidos de otras regiones.
Y me ocupa, empaña la memoria.
Borra la historia y la escribe con otra tinta,
y el rojo lo tiñe todo. Todo.
Rojo el mar,
roja la tierra,
rojo el olivo,
roja la luna…
El huerto es un invierno dormido sin la rosa de mi amor.
Los jacintos ya no abren entregados a los pájaros,
el naranjo no puede ni parir blancos azahares.
Cañones, balas, bulldozer, drones.
Luto en el cielo, gritos en los templos, fuego en los silos…
Nosotros portamos la sangre de Canaán…
¿Dónde está Tú misericordia, Señor?

El colono hambrea.
Tortura y desprecia.
Mi pecho se ha hundido de tanto entrar y salir de sus tinieblas.
Cargando la maleta de los años, mis cabello ha encanecido
y mi belleza…
La frescura de la niña se ha marchitado como todos nuestros fértiles campos.
El colono toma de mí: me corta el trabajo.
Siega mis manos,
ara mi tierra,
cosecha mis frutos,
me ata la lengua,
alambres de púas,
dispara a mis piernas,
me ciega los ojos,
rapiñas sangrientas,
deshonra mi flora,
devora mi cuerpo,
desata martirios,
me mata a mis hijos,
despoja mi nombre,
dispara a mi gente,
vomita su ira,
y me culpa de todo…
Me llama terrorista.
«Terrorista».
Y con la culata de su rifle obstruye mi derecho a réplica.

El colono llora, dice que somos malos.
Señor, dice que tienen derecho,
que Tú les prometiste en una alianza…
Mientras deja a mis hijos sin padre,
y deja a mi madre sin hijos.

El colono me ha invadido…
Lo trajeron cuando quedó huérfano de hogar.
Pero los medios hablan de la famosa Resolución,
tan famosa que nada resuelve.
No hay partición, nunca hubo partición.
El colono ha mentido.
De un caos a otro, nos impone su noche;
hordas de lobos entran en la casa.
¡Vengan!, ¡Vengan hienas hambrientas!
¡Entren para que yo salga!
Ya ni niños, ya ni marido,
ya ni padre, ya ni madre.
Soy un vientre de lava atado con una cuerda al cuello,
Agotada en mí misma,
cansada,
doblada al medio.
Humillada,
acusada,
violentada,
detenida,
abusada.
Sin permiso para mi propio pasado ni pasaporte para un caminar un futuro.
Secuestrada mi tierra, ¡ya esta copa está colmada Señor!
Y el colono se regocija…
«Hasta que sople el día y las sombras huyan» (1)

Y vivo…
¡Ay, qué el colono se cuide de mi ira!

Romina Yasmin Matuk.
29/11/2021

(1) Cantar de los cantares.

29 de Noviembre: Día internacional de la solidaridad con el pueblo palestino.

Un poco de historia no oficial

El 29 de noviembre de 1947, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó arbitrariamente la resolución 181, conocida como la «resolución de la partición», en la cual se «recomendaba» la creación de un «Estado judío» y un «Estado árabe» en Palestina, con Jerusalén como corpus separatum sometido a un régimen internacional especial. De los dos Estados previstos en dicha resolución, hasta el momento solo se ha creado uno: Israel.
La resolución jamás se llevó a cabo y 6 meses después, en mayo de 1948, comenzó la Nakba palestina, es decir, el día que las tropas mercenarias y terroristas del hagana y el irgun europeo ultrajó y secuestró la tierra palestina.
Esta situación provocó un fenómeno político y social nuevo muy poco estudiado por los intelectuales del humanismo: el origen colonial de la huida de palestinos «fuera» de su país, las tiendas de campaña de refugiados palestinos «dentro» de su país y el posterior problema de migración hoy en día acuciante en todo el mundo.

Pongo entre comillas la palabra recomendar ya que la ONU no es un tribunal internacional y, por lo tanto, no tiene fuerza de obligatoriedad en sus resoluciones.
La Organización de las Naciones Unidas solo es un ente para el dialogo: puede recomendar, instar a las partes o convocar a una mesa para aproximar. Pero jamás obligar a ningún Estado a donar sus tierras a un grupo privado de inmigrantes europeos.
Otra contradicción es resaltar la partición en dos Estados de acuerdo a la etnicidad de un grupo y a la religión de otro. Palestina es cuna de las tres grandes religiones abrahamicas y hasta 1948 tanto judíos, cristianos y musulmanes vivieron en paz y armonía, incluso intercambiando cultural, económica y políticamente entre ellos. Esta separación tajante realizada por la ONU lo único que logró fue reforzar los estereotipos para la discriminación y la estigmatización con que durante más de 70 años hemos sido víctimas todos los que no pertenecemos a la religión judía en Palestina ocupada.

«Soplamos en la flauta el color de la lejanía, dibujamos un relincho en el polvo del camino
y escribimos nuestros nombres piedra tras piedra.
¡Oh, relámpago! Ilumina para nosotros la noche, ilumínala un poco.

Nosotros amamos la vida cuando hallamos un camino hacia ella.»

Mahmud Darwish.

Afganistán, las mujeres, los híbridos del imperialismo y… ¿qué posición tomar?

Cortito y al pie: el trending topic de la muy genuina opresión de las mujeres afganas bajo la ocupación Talibán también invisiviliza la violencia ejercida por las tropas yanquis en las últimas dos décadas cuando se apostaron en la región.
Atención: siempre que hubo despliegues e incursiones militares en Medio Oriente ocurrieron dos fenómenos sociales terribles, vergonzosos, imparables y jamás estudiados: trata de mujeres (y de niñas, violaciones masivas y femicidios) y narcotráfico. ¡La caballería occidental es insaciable!

Esa es la cultura militar angloliberadora: violencia y destrucción al ritmo del rock & roll.

Un dato de nuestra historia reciente nada despreciable: el 9 de septiembre de 2001, dos días antes del atentando al #WTC que originó la invasión norteamericana a #Afganistán so pretexto de la #GuerraContraElTerrorismo, era asesinado el único lider afgano, musulmán y de la etnia tayik capaz de frenar no solo al híbrido imperialista al-Qaeda, sino a su hijo degenerado y retorcido llamado convenientemente «Taliban» (del árabe, talib, estudiante).

Nuestro mártir se llamaba Ahmad Massud y era conocido como el el león de Panjshir.
Fue de los últimos nacionalistas en contra no sólo del rigorismo islámico que privilegia a las pequeñas cofradías de poderosos, sino que luchaba contra cualquier tipo de intervencionismo con intencionalidad colonial, ya sea el anglosionista o el comunista al extremo: ambos potencialmente déspotas y peligrosos.

Espero que lo tengan muy presente durante estos días, sobre todo porque no sólo hay que liberar a las niñas y mujeres de éstos sinvergüenzas degenerados como exhiben los medios y las redes se hacen eco; sino que hay que salvar al Estado afgano, Medio Oriente y Latinoamerica del imperialismo neoliberal que, cuando a éste se lo repudia, te ataca simulando una guerra contra el terror y, cuando el gobierno transa con él, es una república dirigida por empleados de su embajada. Los latinoamericanos sabemos de eso, tanto las dictaduras militares ocurridas en Chile y Argentina durante los años ’70 del siglo XX fueron orquestadas por Washington y armadas por Israel.

«Ningún grupo, facción o individuo tiene el derecho de dictar o imponer su voluntad o poder, por la fuerza, sobre otros. Pero primero, los obstáculos tienen que ser superados y la guerra tiene que terminar.
Estamos dispuestos a avanzar hacia esta noble meta. Consideramos esto como parte de nuestro deber de defender a la humanidad contra el flagelo de la intolerancia, la violencia y el fanatismo.»

Ahmad Shah Massoud (1953-2001)
Líder político, militar y #muyahidin afgano.

Romina Yasmin Matuk.