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Ramadan y solidaridad

 

“¡Creyentes! Se les ha prescrito el ayuno, al igual que se prescribió a los que los precedieron.”

Sura Al-Baqara, aleya 183.
Corán.

Brevemente, Ramadan es el nombre del noveno mes del calendario islámico y su importancia se debe a que en éste mes comenzó a ser revelado el Noble Corán a nuestro profeta Muhammad, paz y bendiciones de Allah para él. Revelación que se prolongó a lo largo de 23 años  hasta ser completada.

El ayuno (sawn – صَوْم-) es el cuarto pilar de los “arkan”, es decir, de los principios obligatorios y fundamentales del Dîn del Islam. El pilar se basa en la abstención; pero no solo de la ingesta de comida, de bebida y relaciones sexuales, sino de todo aquello que enturbie o ponga en peligro el estado de pureza que mantiene el creyente durante las horas de sol. La razón del ayuno de los musulmanes es solo para Allah: para complacerlo a Él. No hay ninguna otra razón por la que los musulmanes ayunen.

Entonces, el ayuno básicamente consiste en no consumir absolutamente nada desde el alba hasta el ocaso y en dar el Zakat al-fitr, la contribución obligatoria, al finalizar el mes: «El Zakat al-fitr es un impuesto personal, es decir, un impuesto sobre el individuo en el que la cantidad de riqueza que posea no entra en juego. A diferencia del otro tipo de zakat, que es el pago de la riqueza acumulada (riqueza monetaria, cosechas y ganadería)  este solo es pagado a fin del sagrado mes de Ramadan. Es importante mencionar que el pago del Zakat por la riqueza no exime de pagar el Zakat al-fitr y el pago del Zakat al-fitr no exime de pagar el Zakat por la riqueza acumulada» .
(https://palabraspararesistir.wordpress.com/2012/07/20/sobre-el-zakat-al-fitr/)

El ayuno islámico consta de varias condiciones para que sea válido: es obligatorio para toda aquella persona que esté en condiciones físicas de hacerlo. Algunas de esas condiciones incluyen estar atento al comienzo del mes siguiendo las fases de la luna, puesto que Ramadan comienza con el noveno cuarto creciente (هلال hilāl) del año, y hay que procurar verlo en su primera noche. El musulmán debe tener la  intención (نِيَّة niya) de ayunar la primera noche que precede al ayuno para hacerlo válido; la intención debe ser siempre consiente y concreta. Abstenerse tanto de ingerir alimentos o bebidas durante el período de tiempo que se está dispuesto a ayunar como también de mantener relaciones sexuales con su consorte. Es muy importante la abstención, ya que abarca lo mencionado anteriormente como así también debe evitarse la masturbación, los malos hábitos, provocarse vómitos y las agresiones tanto físicas como verbales.

Es durante el bendito mes de Ramadan cuando la misericordia de Allah se expande generosamente y se desborda la promesa de recompensa y de bondad divina que nuestro maestro, el profeta Muhammad, paz y bendiciones para él, ha dado testimonio en innumerables recopilaciones dando muestras de los beneficios del ayuno y la observación en los actos y oraciones: Hay una puerta en el Jardin (El Paraíso) llamada Ar-Rayyan por la que aquellos que ayunan entraran en el día de la Resurrección y nadie mas que ellos entrara a través de ella. Se dirá ¿Dónde están los que ayunaban? Estos se levantaran y solo ellos entraran por esa puerta. Cuando ellos hayan entrado, se cerrara y nadie mas entrará por ella.” (Hadiz sahih recopilado por Al-Bujari).

 

La otra cara del ayuno: la solidaridad

«¿No es suficiente dolor para ti que prosigas durmiendo con el estómago pesado cuando alrededor tuyo hay bocas muriéndose de hambre que incluso comerían ávidamente cueros secos de cabras?»

Imam Ali, as.
Nahj al-Balagha.

Sabemos que el ayuno islámico es para Allah y sólo Allah conoce su recompensa. Pero, y no está de más decirlo, también deberíamos saber que la práctica consecuente del ayuno de Ramadan promueve la solidaridad.
¿Qué quiero decir con esto?
Que la transformación que produce un ayuno prolongado en una persona la lleva a reflexionar sobre sí misma y sobre los demás; proyectando hacia el medio, y de manera centrífuga, una transformación que inicia desde la individualidad para extenderse en el ámbito colectivo. Y esta transformación ocurre en tres niveles diferentes y unidos entre sí: A nivel intelectual, la voluntad e intención de una práctica que hace racionalizar las carencias. A nivel emocional, el sentimiento que provoca padecer esas carencias y la consecuente empatía con quienes viven un ayuno perpetuo e involuntario. Y por último, a nivel social: reconocer en la privación una fuerza que estimule y proyecte activamente la solidaridad y la acción de participar positiva, afectiva y activamente en nuestra sociedad.

Estos tres aspectos del ayuno se conocen en la práctica, es decir, en la acción misma de ayunar. Aquellas personas que mantienen correctamente el ayuno son las que toman verdadera conciencia de la condición del hambriento, del que no puede darse el lujo de saborear un manjar o compartir un plato de comida a diario con sus seres queridos; pues ayunar es sentir empatía por el otro, ponerse en su lugar, saber qué siente, qué necesita, cómo piensa y cómo sufre, y provocar un cambio radical (desde nosotros mismos) que nos mueva a actuar para ayudar y compensar a los más necesitados. Toda insuficiencia, penuria o indigencia ajena es un motivo real para la acción: porque si comprendemos la condición de los más vulnerables de la sociedad y captamos las necesidades diarias que ellos padecen; entonces seremos capaces de dar al que no tiene, de alimentar al que no come, de vestir al que está desnudo y de enseñar al que no sabe. Indefectiblemente un ayuno tiene que dejar una enseñanza: no solo la abstinencia de comer, beber y mantener relaciones sexuales; sino de aprender a sentir en cuerpo y alma la privación para luego poder dar a los más necesitados.

En definitiva, la práctica del ayuno sirve tanto para dominar nuestro ego como para fortalecer nuestro espíritu; evitando saciar nuestros apetitos sensuales experimentamos la abstinencia y damos cuenta que en realidad tal abstinencia pertenece más al orden de lo cultural  que al de lo fisiológico; puesto que Allah prescribe únicamente actos que son beneficio para el creyente y no prescribe jamás decretos imposibles de cumplir.

1

«Éste es un mes que ante Allah es el mejor de los meses, sus días los mejores días, y sus horas las mejores de las horas. Es un mes en el que fueron convocados a la invitación de Allah y en él se han vuelto de entre la gente que ha sido objeto de la Generosidad de Allah.
Sus respiraciones en él son glorificación; sus sueños en él son adoración; sus acciones en él son aceptadas y sus súplicas en él, respondidas. Así pues, requieran de su Señor, con correctas intenciones y con corazones puros; y que les otorgue en él el éxito de ayunar y de recitar Su Libro (el Corán).

Den sadaqa a los pobres e indigentes;respeten a sus mayores y tengan misericordia de sus niños; fortalezcan los lazos con sus parientes; retengan sus lenguas (de aquello que no se debe decir), cierren los ojos ante aquello que no es lícito para ustedes mirar y alejen sus oídos de aquello que no es lícito para ustedes escuchar. Y sean benevolentes con los huérfanos de la gente para que sean benevolentes con sus huérfanos…

¡Oh gente! Ciertamente que sus almas dependen de sus acciones, así pues, manténgalas indemnes requiriendo el perdón de Allah.

¡Oh gente! Por cierto que durante este mes las puertas del Paraíso están abiertas, requieran pues a su Señor que no las cierre ante ustedes.»

Profeta Muhammad, sella Allahu aleihi wa salam.
Fragmentos de la Jutba Sha‘baniiah.

Mártires de la Humanidad.

«El martirio significa una transfusión de sangre a una sociedad, especialmente una sociedad que sufre de anemia.
El mártir es quien infunde sangre fresca dentro de las venas de su sociedad.»

Ayatollah Morteza Mutahari, rahimaullah.

Más de 2.000 civiles asesinados y más de 10.000 heridos desde que comenzó la ofensiva militar Margen Protector en Gaza. Mientras el primer ministro del Estado Fascista de Israel sostiene un discurso justificado en el «derecho a la defensa» y demoniza a su oponente (Hamas, único grupo de resistencia que protege la soberanía legítima de Palestina); las organizaciones internacionales, los DDHH, las cortes penales y los mercaderes occidentales permanecen en la pasividad absoluta de sus residencias presidenciales.

Pienso que existe una prioridad en el mundo común a todos los hombres y mujeres. Esa prioridad es el derecho a la vida. Y junto a ese derecho fundacional surgen otros derechos: vivir en un ambiente sano, derecho a la escolaridad, derecho a la justicia, derecho a ejercer libremente la religión, derecho a la salud, derecho a la seguridad, derecho a la identidad, derecho a la igualdad, derecho al bienestar…
Esto es al menos lo que nos enseñan en las escuelas desde que somos pequeños. Y hoy más que nunca se hace patente que vivimos en un paradigma social donde la identidad individual se respeta; porque justamente aquello que nos diferencia de los demás (y también lo que hace que nos convoque con los demás) es la historia propia de cada uno. El propio legado, la propia cultura. El origen mismo que forma los sujetos que buscamos ser.

Pero todo este relato sobre la identidad, esta apología tan «occidental» de la reivindicación del ser en medio del todo -y con el todo- de nada podrá servir si quiénes sancionan la ley, quienes hacen efectiva esa ley y quién lidera esa ley misma se sustrae del «todo» y no levantan su voz contra la masacre y el apartheid que sufre desde hace 66 años el pueblo palestino. Estamos en la aldea global, el concepto mismo trasciende la mediatización y la tecnología. La supera.
Si las voces que lideran no se escuchan, si sus esfuerzos legales en detener la impunidad son mínimos; habría que repensar en qué clase de sociedad civil nos estamos convirtiendo… Porque en el campo de la acción que hoy se replica en Gaza (como antes en Afganistán, Iraq, Libia, Pakistán o Siria) pareciera que la «civilidad» apostada en las leyes que tanto se ufana el mundo moderno, esa relativización cultural que tanto objeta sobre el paternalismo europeo y ese palabrerío que tanto dice sobre las libertades individuales no tiene el alcance internacional que pretende tener…

Y de verdad que los únicos héroes de la historia no van a ser más los personajes que liberaron y liberaran oprimidos. Menos quiénes hacen esas estupendas leyes precisas para la necesidad de cada grupo social de acuerdo a la campaña electoral del momento.
Sino que los verdaderos héroes de hoy son los oprimidos mismos que dejan su sangre, sus sueños, su fuerza y su esperanza en el cumplimiento de su derecho a la defensa de su propia tierra. De su lucha opuesta a la injusticia y su batalla por el reconocimiento de su identidad.

Porque, y sépanlo de una vez, en ningún momento la sangre de los mártires se desperdicia. No fluye en vano sobre el suelo ultrajado. Cada gota de esa sangre se convierte en cientos de miles de gotas de sangre que nutren el cuerpo de lo que será la futura sociedad.

Todo lo que posee una persona puede ser robado. Menos su identidad y el ejercicio auténtico de su lucha contra la opresión y la tiranía.
Todo lo que posee una persona puede ser robado. Menos su identidad y el ejercicio auténtico de su lucha contra la opresión y la tiranía.

Matuk.

Apartheid. Siglo XXI

Apartheid: (Voz afrikáans).

Segregación racial, especialmente la establecida en la República de Sudáfrica por la minoría blanca.

Diccionario de la Real Academia Española.

 

«¿Cómo podrá el hombre soportar las catástrofes y los horrores de la historia -desde las deportaciones y los asesinatos colectivos hasta el bombardeo atómico- si, por otro lado, no se presiente ningún signo, ninguna intención transhistórica, si tales horrores son sólo el juego ciego de fuerzas económicas, sociales o políticas o, aun peor, el resultado de las “libertades” que una minoría se toma y ejerce directamente en la escena de la historia universal?».

 

Mircea Eliade.

El mito del eterno retorno.

 

Hasta no hace mucho; el régimen del apartheid sudafricano, racista y asesino, fue juzgado y condenado ante la ley y por toda la humanidad: se lo observó, criticó, denunció y enjuició. Nosotros fuimos testigos.

Israel: igual de colonialista, racista y asesino que la élite blanca fundadora del apartheid sudafricano. Nosotros también somos testigos…

Pese a todas las resoluciones internacionales y la obligatoriedad del derecho a la vida; israel, amparado en el mito bíblico, continua usurpando territorios a los palestinos: usufructúa sus recursos naturales, les roba el agua, les roba la tierra; impide los canales de acceso a Gaza: niega la salida de los palestinos de Gaza. Bombardea sus territorios, detiene o asesina a quienes considera el peligro (varones musulmanes: limpieza étnica), destruye instalaciones como la mezquita al-Farooq hace unos días o el hospital que atiende discapacitados y enfermos crónicos, al-Wafa hace exactamente unos minutos de escrito esto; secuestra, tortura, disciplina, horroriza, encarcela, ejecuta… Ejecuta.

Y somos testigos.

 

Como la Alemania nazi y la Italia fascista: Israel se ha armado bélicamente con bombas nucleares, drones tipo play station manejados por jóvenes que matan gente a la distancia y nuevos tipos de armas químicas (DIME) e, incluso, se jacta de tener desplegados armamento en submarinos frente a Irán, país que, como Siria o Líbano, tiene en la mira.

Sinceramente, no es entendible, no es lógico ni razonable que este país asentado a la fuerza; belicista, racista y partidario de un nuevo y peor apartheid, sea miembro de la ONU.

País que construyó, pese a todas las críticas y condenas internacionales un muro de segregación racial para mantener controlada y segmentada a la población palestina. Díganme, si eso no es ser racista y discriminados, si eso no es atentar contra todos los derechos y libertades individuales amparadas en todas las constituciones y tratados de la humanidad; qué es?

La respuesta es obvia: no culpemos a los judíos. Demasiado tienen con ser reconocidos en la calle como partidarios de un ejercito genocida que no discrimina entre malos, buenos, niños o ancianos. Pero sí culpemos a todas aquellas personas que, desde un discurso alienante, autentifican las atrocidades que comente un «Estado» usurpador y colonial en una tierra que no les corresponde. Antiquísima, legítima y soberana.

 

Y refutemos el mito de la democracia una vez más: ISRAEL NO ES UNA DEMOCRACIA aunque se descubra como tal bajo el lema de la libertad y la igualdad.

Es una dictadura militar.

Desde su comienzo y en el ejercicio de su construcción siempre fue monopartidista; sin aparato bicameral, sin parlamento, sin derecho a otra voz. DICTADURA. Atención Derechos Humanos si es que todavía existen.

Y para poder funcionar correctamente, esta dictadura militar moderna (y metafísica, no olvidemos su pretensión sobre Palestina basada en un pasaje del Antiguo Testamento) necesita de la dinámica de la guerra y sus consecuencias. Penetración, dominación, subyugación.

Su discurso político sustentado en la constante victimización declara, incansablemente, ser el Estado victima (y consecuentemente victimario) rodeado por un enemigo implacable e irracional, carente de pensamiento político y afán de «justicia social». Y totalmente dedicado, como la Alemania nazi, a su destrucción.

Pero en realidad, y como todos sabemos a esta altura, Israel y su «pretensión-de» no podría existir ni ser sin el apoyo incondicional y militar de su aliado EEUU.

Entonces, y por más que nos indignemos; qué nos sorprendemos si el usurpador sigue siendo miembro de la ONU…

El muro de la segregación racial

 

Matuk.

Sobre el dar.

«Entre tu mano derecha que da y tu mano izquierda que recibe media un espacio muy grande. Solo cuando hagas que ambas den y reciban harás que dejen de estar separadas, pues sólo sabiendo que no tienes nada que dar ni que recibir podrás vencer ese espacio.» 

Jalil Gibrán.

El desprendimiento de nuestras tan amadas posesiones por medio del zakat es uno de los arkan, es decir, uno de los cinco pilares indispensables del Islam. Además de entregar la limosna purificadora, incluye ocuparse de las necesidades de los parientes y conocidos, de la preocupación continua por los huérfanos, de los destituidos, de las viudas y los ancianos, del los extranjeros que se encuentran lejos de su hogar y de los esclavos que son hoy en día multitud a lo largo y ancho de todo el mundo. Porque la esclavitud no ha sido abolida en nuestros días, sino ¿Qué es de todos aquellos pobres que tienen que tener uno, dos o tres trabajos; menteniéndolos por años, incapaces de conseguir lo que les corresponde y sin poder escapar a la ansiada libertad? ¿Qué son sino esclavos de un sistema que proclama libertad sobre las bases de su detrimento?

Es prioridad para los muminun dominar su nafs (1), esto es: limitar sus sentimientos de egoismo y mezquindad, desechar todo aquello que lo aferra al mundo material y transitorio y revertir su conducta para acercarse a los favores de Allah y accederm inshAllah, al Mundo de lo No visto. Y es el que gasta en el nombre de su Señor el que recibirá su promesa y sus dones se multiplicarán:

«Quienes gastan su hacienda por Allah son semejantes a un grano que produce siete espigas, cada una de las cuales contiene cien granos. Así dobla Allah a quien Él quiere. Allah es el Sapiente de todo, el Abarcador de Todo.»

Sura Al-Baqara, aleya 261.

«Quien presente una buena obra, recibirá diez veces más. Y quien presente una mala obra, será retribuido con sólo una pena semejante.»

Sura Al-An’am. aleya 160.

Sobre la preferencia de ayudar a quienes más lo necesitan.

Imam Malik, radi Allah anhu, dijo: 

“La práctica entre nosotros en relación a la división del zakat es que ésta depende del criterio individual del hombre responsable (wali). Se les da preferencia a las categorías de personas que estén más necesidades y que sean más numerosas, tal y como el hombre responsable de ello lo considere apropiado. Es posible que esto cambie al cabo de un año, o dos, o más, pero siempre se les da preferencia a los que están más necesitados y son más numerosos, sea cual fuere la categoría a la que pertenezcan. Esto es lo que yo he visto hacer a la gente de conocimiento y lo que a mi me satisface.”

«¡Servid a Allah y no Le asociéis nada! ¡Sed buenos con vuestros padres, parientes, huérfanos, pobres, vecinos -parientes y no parientes-, el compañero de viaje, el viajero y vuestros esclavos! Allah no ama al presumido, al jactancioso, a los avaros y a los que empujan a otros a ser avaros, a los que ocultan el favor que Allah les ha dispensado, -hemos preparado para los infieles un castigo humillante-.»

Sura An-Nisa, aleyas 36 y 37.

Los muminun saben que cumpliendo los nobles preceptos del Islam alcanzan la felicidad puesto que el saber dar con amor es un acto de altruismo liberador y purificador al igual que la oración y, son conscientes que, con un pequeño sacrificio material pueden beneficiar en gran medida a sus semejantes. Porque para alcanzar la verdadera piedad hay que gastar en el otro lo que es para uno un bien muy preciado (2), ser capaz de desprenderse de aquello que realmente ha costado mucho conseguir -ya sea por tiempo o trabajo- y alcanzar el verdadero sentimiento de entregar sin esperar nada cambio, de ofrecer una genuina ayuda al necesitado y compartir su alegría. Desprenderse para transitar el Camino Recto es ofreciendo y dando con una buena intención, y es enseñar a hacerlo propagando el conocimiento; a los más jóvenes y a los niños.

Ayudar, regalar, brindar… aunque sea una buena palabra o una sonrisa alcanzan para recibir el cariño de un niño que nada tiene y todo lo necesita.

 ¿Y qué mejor pago en este mundo que recibir la sonrisa de un niño inocente a causa de nuestras buenas acciones?

¿Y para qué acaparar riquezas o diversas posesiones materiales sino podemos beneficiar al necesitado…?

Allah en Su glorioso Corán nos enseña muchos preceptos y acciones edificantes para mejorarnos tanto como creyentes, hermanos y ciudadanos y, entre aquellos principios para poder acceder al Jardín uno de los más importantes es el que cumplen aquellos que » gastan en tiempos de prosperidad y en tiempos de estrechez…» (3).

Yasmin Matuk.

Gracias  a Noureddine Ben Said por su incesante ayuda y colaboración desinteresada en la propagación del las enseñanzas del Dîn del Islam.

(1) https://palabraspararesistir.wordpress.com/2012/01/15/sobre-el-nafs/

(2) Sura Al-i-Imran, aleya 92.

(3) Sura Al-i-Imran, aleya 134.